- De acuerdo a lo manifestado por la Directora del Establecimiento Erika Peña, fue una actividad que motivó la participación tanto de los alumnos como de los padres de la escuela.
Un especial reconocimiento a nuestros pueblos originarios, como asimismo el rol que cumple la familia, como núcleo fundamental de nuestra comunidad, se centró la paraacadémica escolar efectuada en la escuela Jorge Barros del sector de Palomar en la comuna de Panquehue.
Presidido por el alcalde Luis Pradenas, la actividad estuvo focalizada en conocer la cultura de nuestro pueblo mapuche, para lo cual los menores de distintos niveles educativos, realizaron recreaciones de su cultura, mitos y su cotidiano vivir.
A través de presentaciones artísticas, los niveles educativos de la escuela Jorge Barros – por ejemplo – revivieron casos como la religión, sus creencias, su idioma y más aun bailes típicos, vistiendo atuendos típicos.
Esta actividad estivo reforzada con una muestra gastronómica de la cultura mapuche y de sus vestimentos más típicos.
Para la Directora del establecimiento educacional Erika Peña, se destaca el compromiso que existió tanto de los padres como de los alumnos.
“Esta es una actividad sugerida por el Ministerio de Educación, tuvo un sentido muy especial, porque desde un primer momento se tuvo la participación activadde los padres, quienes se comprometieron en participar.
Nosotros como escuela lo que hacemos es centrar un estudio de conciencia y para ello incentivamos el desarrollo de nuestra cultura, por lo mismo motivamos el conocimiento y el aprendizaje de nuestros pueblos originarios, tal es el caso de los mapuches”
El pueblo mapuche es y ha sido siempre una de las etnias originarias más importantes del país, tanto por su peso social y demográfico como por su fuerte sentido de identidad cultural, que ha encontrado históricamente formas de resistencia y de adaptación a la dinámica del contacto fronterizo con españoles y chilenos.
Asentados históricamente entre los ríos Itata y Toltén, en la zona centro-sur del país, y emparentados lingüísticamente con sus vecinos picunches y huilliches, los mapuches presentaron una encarnizada resistencia a la dominación española durante todo el siglo XVI, hasta el punto de expulsar definitivamente a los castellanos de su territorio, luego de la gran rebelión que duró desde 1598 a 1602. La Guerra de Arauco se prolongó toda la primera mitad del siglo XVII, decayendo luego de la última gran rebelión mapuche de 1656, fecha desde la cual las relaciones fronterizas se distendieron y se produjeron importantes transformaciones sociales en la familia mapuche, fruto de su expansión a las pampas argentinas y la intensificación del comercio entre éstos y los criollos.